Diego Schwartzman, uno de los tenistas más queridos de Argentina, se despidió oficialmente del tenis profesional tras perder ante el español Pedro Martínez por 6-2 y 6-2 en la segunda ronda del Argentina Open, torneo que marcó su última participación en el circuito ATP.
Con 59 victorias en torneos de Grand Slam, Schwartzman se ubica como el cuarto argentino con más triunfos en la historia de estos eventos, superado solo por Guillermo Vilas (139), Juan Martín Del Potro (97) y David Nalbandian (86). A lo largo de su carrera, alcanzó 251 victorias a nivel ATP, destacándose 61 de ellas en torneos Masters 1000.
El «Peque», exnúmero 8 del mundo, dejó una huella imborrable en el tenis mundial, siendo uno de los jugadores más tenaces y consistentes. Entre sus logros más destacados se encuentran la final en Roma 2020, donde venció a Rafael Nadal en semifinales, y sus cuatro títulos ATP, con el Argentina Open 2021 siendo uno de los más emotivos al vencer a Francisco Cerúndolo en la final.
Schwartzman, quien comenzó su carrera profesional a los 19 años en un torneo Future en Neuquén, pasó por numerosas dificultades económicas al principio de su carrera, viajando a Europa y vendiendo pulseras para costear su participación en torneos. Con el apoyo de su familia y mentoría de figuras como Juan Mónaco y Máximo González, logró ascender al Top 10 del ranking mundial y alcanzar su mejor puesto en 2020.
Durante la pandemia, disfrutó de su tiempo en casa cocinando y jugando con sus perros, pero también se involucró en causas benéficas, organizando eventos para recaudar fondos. Su determinación y su característico espíritu de lucha lo llevaron a convertirse en uno de los jugadores más respetados en el circuito, alcanzando 5 veces los cuartos de final o más en los Grand Slams.
A pesar de no haber logrado un Grand Slam, Schwartzman dejó su marca en el tenis mundial, especialmente con su histórica victoria sobre Dominic Thiem en Roland Garros 2020. Su partida del circuito deja un vacío, pero su legado permanecerá, tanto por su habilidad en la cancha como por su carisma fuera de ella.
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