En una coincidencia poco común entre el mundo del deporte y un evento religioso de gran trascendencia, algunas de las principales figuras del tenis femenino podrían acercarse a la Plaza de San Pedro para presenciar el histórico cónclave que elegirá al nuevo Papa. Entre ellas, se encuentran Coco Gauff e Iga Swiatek, participantes del Open de Italia que se celebra en Roma esta semana.
Coco Gauff, actual número 3 del ranking WTA, manifestó su interés por asistir al Vaticano si su agenda se lo permite. «No soy católica. Iría porque siento que es algo histórico. Hablamos de ello. Aprendí mucho, porque no sé nada de la religión católica. Lo del humo me pareció genial. Me gustaría ir a verlo y estar cerca ya que estamos aquí», declaró este martes en conferencia de prensa.
Durante el cónclave, que inicia este miércoles y se extenderá hasta el 18 de mayo, se utiliza un sistema tradicional de señales con humo para comunicar el avance de las votaciones. El humo negro indica que aún no se ha alcanzado una decisión, mientras que el humo blanco señala que un nuevo Papa ha sido elegido y ha aceptado el cargo.
Por su parte, Iga Swiatek, tres veces campeona en Roma y actual número 1 del mundo, también expresó su interés por presenciar el evento. “Me encantaría ir sólo por vivir la experiencia. Pero ya veré logísticamente cómo va a ser”, comentó, consciente de que la duración exacta del cónclave y su desenlace son impredecibles.
Gauff, reconocida por compartir abiertamente su fe cristiana, agregó que su espiritualidad es una parte esencial de su vida, como lo evidenció en su emotivo discurso tras caer en la final del Madrid Open ante Aryna Sabalenka el pasado sábado. “Es muy importante para mí. No estoy aquí intentando obligar a nadie a creer en nada”, explicó. “Cuando se empieza a criticar a la gente por expresar su religión, su sexualidad o cualquier otra parte de su identidad, eso ya es una forma de censura. Creo que todos deberíamos poder ser quienes somos, siempre que no hagamos daño a otros. Compartir mi fe podría ayudar a alguien más”.
El cruce entre deporte, espiritualidad y un acontecimiento histórico como la elección papal abre una oportunidad única para estos atletas, quienes, más allá de las canchas, también buscan conectar con experiencias significativas durante su paso por Roma.
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