El checo Jakub Mensik protagonizó un auténtico batacazo deportivo al derrotar al legendario Novak Djokovic en la final del Masters 1000 «Miami Open Presented by Itaú», impidiendo que el serbio lograra su tan ansiado título número 100. En esta memorable hazaña, Mensik, de 19 años, no solo se alzó con el trofeo, sino que también se consolidó como una nueva estrella en el firmamento del tenis mundial.
Mensik, emocionado hasta las lágrimas, rindió homenaje a Djokovic, su ídolo de infancia, con un abrazo sincero y una reverencia cargada de respeto, casi disculpándose por el atrevimiento. No era para menos: el joven checo venció a la leyenda de 37 años con una combinación impresionante de potencia física, habilidad técnica y fortaleza mental. Con este triunfo, Mensik ascenderá del puesto 54° al 24° del ranking mundial.

Un partido para la historia
El marcador final fue 7-6 (4) y 7-6 (4), en un encuentro que duró 2 horas y 03 minutos. Mensik no desperdició esta segunda oportunidad, luego de haber caído ante Djokovic en la final de Shanghái 2024 tras ganar el primer set. Esta vez, no dejó escapar la victoria.
Desde el inicio del partido, Mensik dejó clara su intención con un arrasador 3-0 que sirvió como mensaje directo a Djokovic. Aunque el serbio logró empatar el set inicial, su joven rival mostró solidez en los momentos clave, imponiéndose en los desempates con su saque potente, 14 aces y golpes precisos, como sus revés paralelos y derechas demoledoras. Mensik, un tenista de 1.93 metros formado en la prestigiosa escuela checa, demostró ser una fuerza imparable en esta final.
Un Djokovic en apuros
A pesar de una mejora respecto a sus resultados en Doha e Indian Wells, Djokovic enfrentó múltiples adversidades. Además de lidiar con un molesto orzuelo en el ojo derecho y la humedad que minó sus fuerzas, tuvo que enfrentarse a un Mensik en plena forma. El serbio, que no había perdido un solo set hasta la final, no pudo contener el ímpetu del joven checo. «Tiene un gran futuro», reconoció Djokovic al término del partido, elogiando la capacidad de Mensik para manejar la presión.
Un futuro prometedor
Mensik también superó con entereza el retraso de cinco horas en el inicio de la final debido a la lluvia y al cierre de la final de dobles femeninos. El público, aunque inicialmente apoyó a Djokovic, terminó rindiéndose al talento de Mensik, quien debutó en el palmarés del torneo con una actuación sobresaliente. Este triunfo le significó un premio de 1,124,380 dólares (aproximadamente un millón de euros) y marcó el inicio de una carrera que promete grandes logros. “Si juego, es por ti”, le dijo Mensik a Djokovic, demostrando que las lecciones del maestro habían sido bien aprendidas.
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