Novak Djokovic empezó las ATP Finals con la fiesta de ganar a Holger Rune y asegurarse el número uno del año, alcanzar las 400 semanas al frente de la clasificación mundial. Un sublime Jannik Sinner aguó la celebración provocando la primera derrota al serbio en 20 partidos. A ello se unió la retirada de Stefanos Tsitsipas, entregando el triunfo de su partido (2-1) a Holger Rune.
El Grupo Verde de las Nittos ATP Finals, en el Pala Alpitour Stadium de Turín se lio sobre manera. Y Djokovic, 36 años, vigente campeón de un evento que ha dominado seis veces, corre peligro de ser la víctima de cada uno de estos movimientos y de no haber hecho los deberes contra el suplente Hubert Hurkacz.
Ganó al polaco, 26 años y número 9 mundial, sustituto de Tsitsipas, por 7-6 (1), 4-6 y 6-1 en dos horas con 05 minutos, pero su misión era hacerlo en dos sets. Vencer en tres o perder significaba lo mismo, no depender de sí mismo, quedar en manos ajenas.
En la tierra del ‘biscotto’ (término futbolístico que refiere al pacto en un partido de un resultado que beneficia a los dos implicados), Jannik Sinner y Holger Rune, que se enfrentan esta noche (15:00 horas Perú), pueden decidir el futuro de Djokovic.
Al perder el segundo set contra Hurkacz, Sinner se clasificó automáticamente para semifinales. Si Rune le gana, se mete asimismo en ‘semis’ y aparta del torneo a Djokovic. En el palmarés entre el italiano y el danés, 0-2 para éste último.
Djokovic, estará pendiente de la televisión, esperando que Sinner supere a Rune. Por mucho que asegurase que no lo verá, encontrará el modo de seguirlo al minuto. Le va poder o no luchar por un séptimo título, romper la igualdad en el palmarés con Roger Federer. “No veré el partido. Viene mi familia, mis hijos y ya veré como va la cosa. Mi trabajo ya está hecho y ya veremos qué pasa”, indicó antes de abandonar la pista.
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