Bianca Andreescu abandonó la pista en silla de ruedas, llorando tras haberse doblado violentamente el tobillo izquierdo buscando una pelota de la rusa Ekaterina Alexandrova en los octavos de final del WTA 1000 de Miami. En la grada, su madre también bañaba su rostro de lágrimas.
Se temían lo peor. La canadiense de ascendencia rumana, 22 años y número 31 mundial, ha sufrido mucho con las lesiones. Una de rodilla le mantuvo fuera de circulación durante más de año y medio, justo después de haber enseñado su enorme potencial conquistando Indian Wells, Toronto y US Open en 2019, antes de tener que parar en octubre de este mismo curso.
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— Bianca (@Bandreescu_) March 29, 2023
Le ha costado recobrar su mejor nivel, que ha enseñado esporádicamente, sin continuidad. Esa lucha ha vuelto a tener un obstáculo inesperado en forma de lesión.
Tras las pruebas médicas, Bianca Andreescu comunicó que sufre «dos ligamentos rotos. Es complicado decir exactamente cuánto tiempo necesitará, pero podía haber sido mucho peor», confiesa un tanto aliviada al no tener que escribir la palabra quirófano en su mensaje.
«Me lo tomaré día a día, soy optimista de que con un buen trabajo y rehabilitación volveré pronto a la pista. El proceso de rehabilitación ya ha comenzado», señala Andreescu.
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